viernes, marzo 25, 2005

Tiempos crueles

El desprecio por la condición humana, el rampante desdén por todo lo que no sea la satisfacción inmediata de la propia voluntad, la insensibilidad elevada a categoría del comportamiento social están, es innegable, en los mensajes de los medios masivos, pero también en el conjunto de las manifestaciones de nuestra época.
Entender esto, reconocerlo, profundizarlo, rastrear los motores del individualismo atroz que se ha logrado instalar en todos los niveles de la sociedad, permitiendo el dominio de un sistema donde prevalece la brutalidad más cruel sin la menor oposición, es un trabajo que debemos hacer, día a día, para lograr que nuestros hijos tengan la chance que tuvimos nosotros alguna vez: esto es, soñar con una sociedad más justa, más humana.
Debemos, sin embargo, caminar con prudencia. Enseñar a nuestras niñas y niños lo aprendido, como sobrevivientes de un proceso brutal que ensangrentó a la Argentina durante los últimos veinte años.
Pues quienes aspiran a matar las almas, son, también, perfectamente capaces de asesinar el cuerpo. Y no debemos olvidarlo.

 Julio Carreras
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